La historia de Casey es muy triste. Él vivía con su cuidador, una persona muy mayor, y un perro y una gata muy mayores también. Su cuidador falleció, y todos le fallaron a Casey. El perrito fue recogido por el servicio de recogida de animales, y la gata estaba en tan mal estado que le dio pena a una de las personas que se personaron, que se la llevaron. Pero cuando todo el mundo salió de la casa, cerraron con llave, y Casey se quedó fuera.

Ningún familiar quiso hacerse cargo, y nadie siguió los protocolos en estos casos. Ni se levantó acta de los animales que allí había, ni se llevaron a todos los animales a un refugio o residencia hasta que se encontrara una solución para ellos.

Así que Casey pasó de tener un hogar a pasar a vivir constantemente en la calle. Afortunadamente lo han aceptado muy bien en una de las colonias, y podemos ir vigilando su salud, pero es muy injusto que por no haber hecho las cosas bien, Casey tenga que vivir en la calle.