Hoy os queremos contar el caso de Valentina y su colonia.

Valentina forma parte de una colonia de la que cuidamos desde casi cuando comenzamos con la asociación. Ella fue quien de alguna manera nos dio la voz de alarma de que algo estaba mal. Comenzó a no comer casi nada cuando íbamos, y tenía un comportamiento raro. Venía, olía la comida, pero se apartaba sin probarla. Su madre, Millie también comenzó a estar desganada.

A Valentina la teníamos que coger para esterilizar, así que la cogimos y pedimos que le hicieran un chequeo. Todo estaba dentro de la normalidad. No había infección, ni anemia, nada físico que pudiera indicarnos por qué estaba así. Lo único que nos quedaba era hacerle un test de coagulación, para descartar que hubiera sido envenenada. Cuando su veterinaria regresó con el resultado del test, su cara lo decía todo. Los valores de la coagulación de la sangre de Valentina estaban alterados, y lo único que podía provocarlo era un envenenamiento con raticida...

Pero no sólo Valentina estaba afectada, ya que Millie también mostraba un comportamiento inusual. No sabíamos cuántos miembros de la colonia estaban afectados porque no podíamos testarlos a todos, así que lo único que quedaba hacer era medicarlos a todos. Durante un mes Valentina, Millie, y el resto de la colonia han sido medicados diariamente. Han sido unas semanas muy complicadas porque si alguno dejaba de tomarse la medicación, y estaba envenenado, podría haber sufrido una muerte terrible.

Esto es un acto vil por parte de un ser despreciable que además está cometiendo un delito que está penalizado. Es por ello que se tomaron las medidas oportunas y el hecho está denunciado ante la Guardia Civil (Seprona) quienes tras presentarse en el lugar de los hechos, informaron a los otros cuerpos de seguridad de la zona y al juez para que se tomen las medidas pertinentes.